Prototipo de parche surge como alternativa a la vacunación contra el COVID-19

  • A través de una investigación, se obtuvo un apósito de un centímetro cuadrado que contiene más de 5.000 púas microscópicas.

Los estudios para detener el avance del COVID-19 no cesan. Esta vez, la universidad de Queensland está testeando la forma de suministrar todos los componentes de las vacunas en un parche, con resultados positivos en las pruebas generadas.

Este nuevo método surge como alternativa a los problemas que existen para trasladar las vacunas, las cuales deben mantener una cadena de frío por largas distancias, así como también para aquellos niños que pasan un mal momento durante la vacunación o para aquellas personas que sufren de fobia a las jeringas.

Según los estudios, el parche de prototipo HEXAPRO tiene respuestas positivas contra las variantes del Reino Unido y Sudáfrica del Coronavirus, y funciona mediante la microinyección de 5.000 púas microscópicas, lo que genera pequeñas lesiones cutáneas que a su vez alertan al cuerpo de problemas y desarrollan mayores agentes inmuno defensores, que son finalmente los que reciben la dosis protectora de la vacuna.

Otros estudios

Investigadores de la universidad de Stanford también están desarrollando un modelo para aplicar un parche, pero está vez fabricado en impresión 3D.

En este caso, partieron probando el parche en ratones para medir la efectividad de transferencia de la vacuna y observar cómo reaccionaba el sistema inmunológico.

La evaluación demostró que los linfocitos T y los anticuerpos estimulados por la vacuna, alcanzaron una concentración entre 10 y 50 veces superior en la sangre después de la vacunación con el parche, en comparación con la clásica inyección.

Por su parte, la Universidad de Emory y el Instituto de Tecnología de Georgia, con financiamiento de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos, también desarrollaron un parche bajo las mismas directrices contra la gripe. En esta investigación, aplicaron un estudio clínico que generó como resultado la misma inmunidad que la vacuna, aunque la velocidad con que se logró fue más rápida con el parche.

En este último estudio, se apreciaron algunos efectos secundarios como enrojecimiento y picor de la zona donde se aplicó el parche, pero todos los efectos disminuyeron durante los días posteriores de la aplicación del método.

¿Qué te parece la idea de este posible nuevo mecanismo para controlar el avance del COVID-19? Seguro con el paso del tiempo aparecen nuevas posibles soluciones para detener esta pandemia, que a la fecha supera los 5 millones de fallecidos en el mundo.

Coronavirus: Continúa la búsqueda de la cura

  • Las nuevas alternativas de científicos para enfrentar esta pandemia.

Según la última actualización entregada por la Universidad John Hopkins (Baltimore, E.E.U.U), ya son 4 millones 442 mil 200 personas contagiadas y 303 mil 742 fallecidas en el mundo a causa del Coronavirus, por lo que cada día que transcurre, se torna imprescindible encontrar la forma de combatir el virus y son los profesionales científicos quienes no descansan.

Con los contagios extendiéndose a gran velocidad, los expertos se esfuerzan en desarrollar una vacuna que pueda contra la enfermedad. Actualmente 119 son los proyectos dedicados a esta tarea en el mundo, según información de France Press, donde los investigadores, han aplicado tanto enfoques tradicionales como otros menos convencionales, examinando diferentes elementos, como medicamentos, plantas y alimentos.

En este contexto, un aspecto positivo tras los análisis, es que han surgido diversas soluciones basadas en productos orgánicos provenientes de la naturaleza. Sin embargo, aún se necesita tiempo para corroborar su eficacia y lograr que se pueda aplicar en las personas.

Una de estas potenciales fuentes de tratamiento, resultó ser una fruta típica de la Región de Coquimbo. La papaya, un digestivo natural rico en Vitamina C, antioxidante y antiinflamatorio, está siendo investigado por el premio Nobel de Química del año 2013, Arieh Warshel, quien busca a través del análisis de sus componentes una posible cura, ya que la papaína podría transformarse en un fármaco para impedir la propagación del Coronavirus en el cuerpo humano.

Otro foco de estudio que ha llamado la atención, que también pertenece al reino vegetal es la artemisia, una hierba tradicional de África que sus habitantes consideran como presunta cura milagrosa. Sin pruebas al respecto, pero a la espera de resultados, científicos del Instituto Max Planck investigan por primera vez si la artemisina, sustancia activa de la planta, sirve en contra del Covid-19, debido a que es un ingrediente con buenos antecedentes, tras haber sido utilizado frente a otras enfermedades.

Siguiendo esta misma línea, en Canadá se publicó un informe que considera a ciertas sustancias activas de la marihuana capaces de impedir que el virus entre a las células del pulmón, lugar donde se aloja, crece y propaga. Mientras que, por otra parte, según un estudio realizado por la Universidad Federal de Sao Paulo (Unifesp), la heparina, un medicamento anticoagulante tendría un efecto similar, frenando el ingreso a las células hasta en un 70%, además de ser útil ante problemas de oxigenación y trastornos de coagulación que sufren los vasos pulmonares.

Una carrera contra del tiempo donde la ciencia busca detener a una de las pandemias más complejas de la historia, donde los próximos días, a medida que se conozcan resultados de las pruebas realizadas, serán claves determinar qué tan cerca nos encontramos de la cura para detener las muertes y contagios a causa del Coronavirus.

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