Energías renovables no convencionales: un tesoro natural
- La energía mueve al mundo, dicen, pero también del mundo proviene la energía.
Vivir en armonía con la naturaleza que nos rodea, protegiéndola y cuidándola, con el propósito de aprender a utilizar de la mejor manera los recursos que nos ofrece, sin llegar a explotarlos a causa de un consumo excesivo, continúa pareciendo una utopía lejos de alcanzar.
Lo anterior, implicaría encontrar la manera de reemplazar y reducir al máximo posible el uso de maquinarias, herramientas o elementos contaminantes, además de evitar el desarrollo de proyectos invasivos con el entorno, que a su vez agotan las riquezas y el patrimonio natural, algo que no parece fácil de lograr.
Sin embargo, cada día hay más personas e industrias interesadas en la búsqueda de nuevos métodos y alternativas que contribuyan al cuidado medioambiental y un desarrollo sustentable, colaborando así en la lucha contra el cambio climático, un tema que con los años, meses y días, preocupa cada vez más.
Actualmente, Chile es uno de los países con mayor crecimiento en inversión de Energías Renovables No Convencionales (ERNC), tras haber destinado 4 mil 900 millones de dólares al sector en 2019, cifra que lo ubicó en el segundo lugar a nivel mundial.
Este escenario, se ha visto justificado por el incremento productivo nacional, el cual requiere de altas cantidades de energía, la cual puede escasear, ser contaminante o su valor demasiado costoso, por esta razón, las ERNC surgen como una alternativa limpia y amigable con el planeta.
De estas fuentes de energía, entre las más populares se encuentran, la solar, capturada de la radiación del sol; la eólica, alimentada por la fuerza mecánica del viento; y la mareomotriz, nutrida por la fuerza de las olas de los océanos.
Ahora bien, también existen otras ERNC menos conocidas, como el caso de la biomasa o la energía geotérmica, proveniente de los desechos industriales y el calor interno de la Tierra, respectivamente.
Por su parte, la energía hidráulica, también conocida por ser el resultado de la fuerza motriz del agua, es un caso particular, ya que es parte de la categoría renovable, pero se trata de un proceso convencional.
En el país, de acuerdo con la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias del Ministerio de Agricultura, las ERNC son un complemento, dada las buenas condiciones del país en cuanto a fuentes de recursos energéticos.
El principal obstáculo para la masificación de estas energías en el mundo es su alto costo en ejecución, debido al proceso de estudio que requiere, además de la puesta en marcha y construcción, pasos que superan con creces el valor utilizado en las energías de tipo convencional.
Una de las empresas que destaca en Chile en esta área es Mainstream Renewable Power, una de las compañías más importantes del mundo en proyectos de esta envergadura, quienes durante el segundo semestre de 2019 comenzaron la construcción de su primer portafolio, el cual inyectará 571 MW de energía limpia a la matriz nacional a partir de 2021.
La fuerza de los océanos
¿Sabías que existen por lo menos cuatro formas de extraer la energía desde el mar? La Asociación Europea de la Energía Oceánica, además de la mareomotriz mencionada previamente, considera también la undimotriz, de gradiente térmico y de salinidad.
Nuestro país posee más de 4.500 kilómetros de costa, por lo que este tipo de energía también podría ser considerada, mientras tanto, continúa la búsqueda por las mejores alternativas para contribuir de una mejor manera al desarrollo, sin poner en riesgo a las futuras generaciones.
Coronavirus y sus efectos en el planeta tierra
Un respiro para la naturaleza resultó ser lo que para el ser humano ha significado millones de muertes en el mundo. Una cosa llevó a la otra, ya que con la pandemia, luego de haberse decretado cuarentena total obligatoria en cientos de países, comenzaron a verse los cambios.
Sorprendentemente, el planeta comenzó a bajar sus niveles de contaminación gracias a que todo se paralizó. Fábricas y comercios cerraron, el uso de vehículos a motor disminuyó y las personas dejaron de circular por las calles. Consecuencias que provocaron una reducción en la emisión de basura y gases contaminantes, y con ello, un aire más limpio.
Los efectos se comenzaron a notar en todo el mundo. China, el país más contaminante anualmente, disminuyó considerablemente la producción de dióxido de nitrógeno (NO2), logrando ver sus cielos limpios del smog. Lo mismo pasó en España, donde se apreció un cambio drástico en la calidad del ambiente y en Italia, donde hubo una rebaja importante en la contaminación atmosférica, además de ver nuevamente el agua cristalina de los canales en Venecia.
Sin duda, la actividad humana afecta negativamente su entorno, así lo demostraron investigadores de la Universidad de East Anglia, quienes, a través de un informe, detallaron la disminución de las emisiones de carbono, considerando como principal causa la detención de industrias y energías, dando a conocer que fue de un 17% el mes de abril.
Sin embargo, pese a que resulta difícil ignorar estos cambios positivos en el ambiente y hace años se vive una crisis climática cada vez más imparable, la sociedad parece no comprender. A estos avances se suman también retrocesos, como el renacer del plástico, material que ha alcanzado altos niveles de producción con el COVID-19 y el temor a tener contacto con algún contagiado.
Por otra parte, poco duraron los cielos azules en China, ya que, según indica un informe realizado por el Centro de Investigaciones sobre Energía y Aire Limpio (CREA, por sus siglas en inglés), tras levantarse las medidas de confinamiento, habrían aumentado rápidamente los niveles de NO2, dióxido sulfúrico y partículas finas, llegando a superar los niveles de contaminación detectados en el mismo período del 2019.
Diversas son las interrogantes que surgen a medida que avanzan los días, considerando la caída económica registrada, luego de la disminución del consumo masivo de productos y servicios ¿En algún momento existirá un equilibrio, donde puedan convivir estilos de vida y necesidades, sin dañar nuestro hogar llamado tierra? Solo el tiempo nos dará la respuesta.