IPC de junio vuelve a caer y registró cifra negativa
- Los especialistas proyectaban un 0%, cifra que superó lo esperado.
Durante el último tiempo, la economía mundial atraviesa una compleja situación y, contrario a una mejora del panorama, los números siguen en descenso, como es el caso que ocurre en Chile, ya que al igual que el mes de mayo, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) anotó una variación de -0,1%
Lo anterior, es el segundo resultado negativo de manera consecutiva en el país, lo que refleja una economía debilitada producto de la crisis sanitaria provocada por el Coronavirus.
En lo que van del año, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la inflación acumulada (el aumento de precios en períodos de tiempo agrupados) es de un 1,2%, cifra que ha llevado al país a alcanzar el 2,6% en los últimos doce meses.
Por otra parte, la institución también precisó que ocho de las 12 divisiones que componen la canasta del IPC, aportaron negativamente a su variación mensual, destacando una baja de -0,4% en salud y -0,7% en transporte, a diferencia de los alimentos y bebidas alcohólicas que sufrieron un aumento en sus valores.
Las autoridades también señalaron, que la variación negativa del IPC, permitiría reducir la unidad de fomento (UF) en unos 28 pesos, movimientos económicos que por el momento mantienen la incertidumbre, una realidad que han debido enfrentar miles de familias desde el inicio de la pandemia.
Coronavirus y sus efectos en el planeta tierra
Un respiro para la naturaleza resultó ser lo que para el ser humano ha significado millones de muertes en el mundo. Una cosa llevó a la otra, ya que con la pandemia, luego de haberse decretado cuarentena total obligatoria en cientos de países, comenzaron a verse los cambios.
Sorprendentemente, el planeta comenzó a bajar sus niveles de contaminación gracias a que todo se paralizó. Fábricas y comercios cerraron, el uso de vehículos a motor disminuyó y las personas dejaron de circular por las calles. Consecuencias que provocaron una reducción en la emisión de basura y gases contaminantes, y con ello, un aire más limpio.
Los efectos se comenzaron a notar en todo el mundo. China, el país más contaminante anualmente, disminuyó considerablemente la producción de dióxido de nitrógeno (NO2), logrando ver sus cielos limpios del smog. Lo mismo pasó en España, donde se apreció un cambio drástico en la calidad del ambiente y en Italia, donde hubo una rebaja importante en la contaminación atmosférica, además de ver nuevamente el agua cristalina de los canales en Venecia.
Sin duda, la actividad humana afecta negativamente su entorno, así lo demostraron investigadores de la Universidad de East Anglia, quienes, a través de un informe, detallaron la disminución de las emisiones de carbono, considerando como principal causa la detención de industrias y energías, dando a conocer que fue de un 17% el mes de abril.
Sin embargo, pese a que resulta difícil ignorar estos cambios positivos en el ambiente y hace años se vive una crisis climática cada vez más imparable, la sociedad parece no comprender. A estos avances se suman también retrocesos, como el renacer del plástico, material que ha alcanzado altos niveles de producción con el COVID-19 y el temor a tener contacto con algún contagiado.
Por otra parte, poco duraron los cielos azules en China, ya que, según indica un informe realizado por el Centro de Investigaciones sobre Energía y Aire Limpio (CREA, por sus siglas en inglés), tras levantarse las medidas de confinamiento, habrían aumentado rápidamente los niveles de NO2, dióxido sulfúrico y partículas finas, llegando a superar los niveles de contaminación detectados en el mismo período del 2019.
Diversas son las interrogantes que surgen a medida que avanzan los días, considerando la caída económica registrada, luego de la disminución del consumo masivo de productos y servicios ¿En algún momento existirá un equilibrio, donde puedan convivir estilos de vida y necesidades, sin dañar nuestro hogar llamado tierra? Solo el tiempo nos dará la respuesta.